Queridos compañeros de aventuras, me encuentro en la tercera fase de mi proyecto, estoy elaborando un plan interdisciplinar de actuación con Diego y Óscar. Durante este tiempo, parece que los niños hayan revivido con el movimiento continuo y atenciones dirigidas hacia ellos. Los veo como una plantita que se nos había olvidado regar y estaba mustia y de pronto volvemos de vacaciones, le hechamos agua y al día siguiente está en pie... Óscar no solo ha mejoradoen su comportamiento, ha mejorado en su lenguaje tanto hablado como entendido. Hoy mismo me ha dicho "Profe, que guapa estás" esto es casi un milagro y no solo porque me haya visto guapa! sino porque es una frase espontánea que ha emitido mirándome a la cara, sonriendo e incluso un tanto sonrojado. Está tan simpático que ahora la profe de gimnasia llega todos los días contándome alguna aventura nueva (antes no podían bajar al gimnasio porque Óscar rompia la clase).
No todo son rosas... si en un principio conseguí diseñar un plan de intervención con la colaboración de todos los docentes implicados, poco a poco se mehan ido "dando de baja". He tenido serias dificultades para que la profesora de Audición y Lenguaje dejara de llevarse a los niños de la clase e hiciera su intervención en el aula. A Diego no le gusta irse de clase, se da cuenta de que es algo excepcional que solo hacen con el y Óscar y se esconde para no irse. Una vez que la había convencido para que no se los llevara (acepto un poco forzada ante la avalancha de argumentos a favor de las prácticas integracionistas)dió un par de sesiones en el aula y enseguida se quejó de que con tantos niños no se podía hacer nada...
Yo entiendo que los especialistas se quejen y no quieran intervenir con 25 aulumnos, pero las tutoras lo hacemos, las tutoras intervenimos con las 25 individualidades que tenemos en el aula y lo hacemos con todos juntos y a la vez. ¿Acaso somos superheroínas? ¿Se puede o no se puede dar una clase de AL o PT en un aula ordinaria? ¿no estaría bien que todos los niños se bineficiaran de la práctica educativa de esta especialista? ¿no se sentirían mejor Óscar y Diego?. Bueno, no quería extender tanto mi intervención, asique os dejo estás preguntas abiertas para ver si hacemos un poco de debate y nos "peleamos" un poco. Un saludo!
BUeno, está claro que eres una defensora a ultranza de la inclusión. Yo estoy de acuerdo contigo en esto pero creo que es incluso posible buscar términos medios. Es decir, que se puede diseñar un plan en el que haya momentos para que los especialistas estén dentro y también fuera. Pienso que la clave está en función de qué planteemos, y cómo lo planteemos. Por ejemplo, si se va a trabajar con un niño el esquema corporal a través de ejercicios de equilibrio, una de dos, o me voy con el de educación física o salgo del aula para caminar sobre una cuerda, etc. Cuando un niño ha salido contigo a hacer esto, la resistencia que plantea en las siguientes ocasiones en las que tenga que salir, probablemente sea ninguna. Y dentro del aula lo mismo, si se le plantean actividades o ayudas poco atractivas, a pesar de estar con sus compañeros, fracassaremos. Es decir, que todo pasa por cómo despertemos su motivación y cuánto tiempo nos planteemos trabajar dentro y fuera con qué actividades. Yo lo veo cada día en mi centro: las sesiones que se eligen para que salgan son Religión /AE, o alguna de Cono y ninguno plantea nigún problema sino todo lo contrario, ya que los dos PT que trabajan en mi centro los tienen "en el bolsillo". El resto del día, los profesores tienen los materiales perfectamente adaptados o de manera significativa o como acceso, logrando así cubrir, como tu muy bien dices, las 25 individualidades. Una vez más, la profesionalidad de los docentes es vital.
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